Dieta Hipoproteica
Son aquellas que limitan el aporte de proteínas al organismo. Como todas las dietas que disminuye el aporte de una variedad de nutriente específico, entraña ciertos riesgos por lo tanto siempre debe contar con una precisa indicación y un estricto control médico.
Utilidad
La principal utilidad de las dietas hipo-proteicas radica hoy en día en ser un pilar terapéutico fundamental en el tratamiento de determinadas enfermedades como la fenilcetonuria (PKU), previniendo la acumulación de fenilalanina en el organismo y sus consiguientes efectos deletéreos sobre el mismo; la insuficiencia hepática, reduciendo la tasa de complicaciones como por ejemplo la encefalopatía hepática al reducir la tasa de acumulación de elementos nitrogenados en el sistema nervioso central; la insuficiencia renal, reduciendo la progresión de la enfermedad si se aplica en fases precoces.
Alimentos permitidos en la dieta hipoproteica
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Cereales: pan blanco, (trigo y centeno), pan integral, harina de trigo integral, biscotes, arroz y arroz integral.
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Verduras y hortalizas: pepino, cebolla, pimiento, rábano, tomate, lombarda, berenjena, boniato, aguacate, calabacín, calabaza, endibia, escarola, lechuga, champiñones, setas, espárragos, patata, puerro, judías verdes, alcachofas y coles.
¿Por qué una dieta hipoproteica nos perjudica?
En menú rico en carnes, pollo, pescados, huevos y mariscos; en casos hidratos de carbono (pan, pasta, arroz y legumbres…) y poca fruta se convierte en hipo-proteico. En estas dietas el aporte de energía procedente de las proteínas llega a ser del 40 al 45% y el de las grasas no supera casi nunca el 20-25%.
Estas son las consecuencias:
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Se basan en el mayor efecto saciante y termo-génico de las proteínas, por lo que controlan el apetito debido a la movilización que producen de cuerpos cetónicos.
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Precisamente la ausencia de hidratos de carbono provoca la formación de cetonas que se acumulan en la sangre y pueden provocar náuseas y fatiga.
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Se produce una sobrecarga hepática y renal como consecuencias del aumento del metabolismo de las proteínas.
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Aumenta los niveles de ácido urico y su depósito en forma de cristal en las articulaciones (provocando riesgo de gota).
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Disminución de la absorción del calcio, lo que podría aumentar el riesgo de osteoporosis.
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La pérdida de peso es mas de agua que de grasa, por lo que se recupera con facilidad en cuanto se abandona la dieta.